Surgen como una forma de hacerle frente a los elevadísimos precios de la ropa y la crisis económica. Se hacen en una casa particular y se venden marcas extranjeras que resultan más baratas y de mejor calidad que las nacionales. Infobae.com te cuenta todo sobre cómo funcionan
Mariana Gándara (Infobae.com) 
En una casona en pleno Recoleta, un grupo de mujeres se agolpa a la espera de que alguien les permita entrar. Suben las escaleras y una chica les indica dónde está la ropa mientras que les aclara que quedaron muy pocos modelos porque la feria comenzó hace dos días y "se llevaron lo mejor".
Jeans apilados en una mesa ratona, zapatos ordenados por número y largos percheros repletos de prendas de todo tipo. Las chicas se prueban distintos diseños, se miran al espejo y comentan entre ellas los desopilantes precios.
Es que todos los artículos son de reconocidas marcas del extranjero, originales y a un precio más razonable que lo que se puede encontrar en los comercios porteños.
Esta imagen se repite cada vez más en la Ciudad de Buenos Aires. Con la llegada de la crisis financiera y los altísimos precios de la ropa en los shoppings, las mujeres buscan una alternativa para estar a la moda sin abonar sumas disparatadas.
"La calidad de la ropa de acá empeoró y la verdad que es muchísimo más caro comprar acá que afuera. Aunque esté en dólares te sale más barato. Y te hablo de buenas marcas", cuenta a Infobae.com Solange, quien realizó una feria en su casa por primera vez hace dos semanas.
"La verdad que nos fue muy bien. Se vendió casi todo. Lo hicimos para probar y me parece que en unas semanas vamos a hacer otra", relata la joven de 25 años, que trabaja en consultoría estratégica.
De la ropa que vende, se queda con una diferencia y aun así resulta tener un precio conveniente para sus clientes. "Los precios de Buenos Aires son absurdos", recalca.
Las marcas favoritas son las norteamericanas Urban Outfitters, Forever 21 y Victoria Secret: tiendas masivas, de buena calidad y económicas.
"El año pasado viajé a Nueva York y me compré una blusita divina por 15 dólares en Forever 21. Este año encontré exactamente la misma prenda, hecha idéntica por una marca nacional muy conocida, a 350 pesos", agrega una compradora mientras revuelve los percheros.
Violeta tiene 27 años, es actriz y también se animó a armar su propia feria. Vende carteras de imitación de marcas top como Gucci y Dolce&Gabanna, traídas exclusivamente desde Nueva York.
"Originalmente me costaron alrededor de 20 dólares cada una y acá las vendo entre $150 y $200. Para las clientas es mucho más económico porque los precios en cualquier lugar son aún más costosos, inclusive en este caso que no son originales", aseguró.
"Mi idea es que, con la diferencia que saque, pueda viajar para comprar más y seguir vendiendo", concluye.
¿Cómo encontrar estas ferias? No hay difusión masiva por temor a la inseguridad, por lo que se divulgan de boca en boca entre amigos o familiares y, generalmente, no duran más de un fin de semana porque las prendas "vuelan".
"Llegué dos días después de que empezó la feria y las mejores cosas ya se las llevaron. Igual voy a revolver, todavía puede haber algo que me sirva", dice una clienta, algo decepcionada al enterarse de que no quedaban más abrigos en su talle.
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